sábado, 27 de noviembre de 2010

ORIGEN DEL VINO (2)

APARICION DEL VINO

El vino es una bebida deliciosa. Independientemente de su gusto en bebidas, hay un vino para usted. Dado que el vino es un término que, por referirse a la fermentación de la uva, abarca tal variedad de resultados finales, que hay uno, en algún lado, que se adecua a sus gustos. Seguro. Inténtelo.

Variedad y calidad, es lo que tenemos que buscar...
En principio, seguramente, nuestros antepasados, Asiáticos o Europeos, o en realidad ambos, probablemente empezaron por tomar jugo de uvas. Este es, naturalmente muy dulce, debido a la alta concentración de azúcares en la fruta. En algún momento, lo que sobró del jugo, se guardó para otro día y se fermentó. Este fue un afortunado accidente que paso con muchas cosas (leche, mezclas de arroz, de cebada, de maíz, diversas frutas, pepinos y un montón más).
Lo interesante es que el vino, o mejor dicho el jugo fermentado, es mucho más sano que el agua que normalmente estaba disponible para nuestros antepasados. No hay manera delicada de decirlo, sus desechos eran lavados con agua que iba a parar al rio, pozo u otra fuente natural de agua y justo de donde sacaban el agua para beber.
Lo mismo ocurrió cuando se descubrió la cerveza y otras bebidas fermentadas, que, por el mismo proceso, unos microorganismos “buenos” (levaduras normalmente) consumían el azúcar y muchos de los nutrientes del liquido donde se desarrollaban (el jugo de fruta o mezcla de cereal), y esto dejaba a los microorganismos “malos” sin nada que comer. Y si había por ahí un “malo” fuerte, pues ahí entra el alcohol para eliminarlo o limitar mucho su crecimiento.
Así pues, al principio por lo menos, por ensayo y error, descubrieron nuestros antepasados que era más saludable tomar vino que agua. Claro que nuestros amigos Romanos no eran extremistas ni excluyentes, consideraban que el agua era fuente de salud, al ser usada para baños y para lavarse, para beber… por favor, vino.
De la misma manera, al avanzar la ciencia, desarrollos como los de Pasteur lograron que el vino mejorase en calidad, sabor, variedad, longevidad en barrica y en botella y en su consistencia como bebida para comercializar.
A medida que se avanzaba en la civilización, y se mejoraban las técnicas de sanidad social, y las de producción, el vino pudo empezar a desarrollarse como lo que es hoy, una bebida alcohólica para consumo por placer. Hubo una época, no muy feliz, por cierto, en que se le consideraba un “tónico para la salud” y era la única manera para poderlo tomar legalmente.
Hoy en día, el placer del consumo del vino está ampliamente generalizado por el mundo y la gente le ha tomado tanto gusto que hay sitios como este blog donde podemos venir a averiguar algo más del vino y para desarrollar lo que para unos es un gusto, para otros un hobby y para muchos, una pasión.

Todos apasionantes... y diferentes entre si...
Con el auge comercial, los cambios climáticos, las nuevas tecnologías y el apetito mundial por el vino que se ha desarrollado en los últimos años, se puede afirmar que el vino tiene un brillante futuro. Al crecer su popularidad, se ha visto un consistente aumento en la calidad de la oferta y, hoy en día vemos vinos económicos bastante buenos. La pasión por el vino, blanco, tinto, rosado, espumante, fortificado, todas sus variedades y presentaciones, están impulsando el consumo tanto en cantidad como en calidad. Podemos esperar en el futuro, buenos vinos, nuevas mezclas, novedosas presentaciones y, muy importante, más y mejores momentos para conversaciones, contemplaciones y en general ocasiones compartidas alrededor de esos caldos amables y adorables. SALUD.

martes, 23 de noviembre de 2010

ORIGEN DEL VINO

Ante todo, quiero agradecer sus gentiles comentarios. Gracias por leer mi blog y espero que disfruten de las nuevas entradas.
Creo que hay que empezar por el principio, asi que tratare aqui el origen del vino.
El vino es un tema apasionante que tiene un amplísimo bagaje mundial.
Ha sido considerado un elíxir de los dioses, una bebida medicinal, una poción de amor, una bebida para celebraciones, un símbolo de estatus, y existen muchas maneras más de  verlo, sentirlo y discutirlo.
Tan solo conocer de vinos es, en sí mismo un símbolo de estatus. Más aún poseer una colección de vinos. Saber interpretar una carta de vinos, el entendernos con un sommelier en un restaurant, mostrar, cual padres orgullosos, una rara botella especial, todas estas cosas y muchas más dan al apasionado del vino estatus y tema para muchas conversaciones francas y agradables, por aquello de que “In Vino Veritas, In Aqua Sanitas” (En el vino la verdad, en el agua la salud), como decían los Romanos.
En algunas culturas y países, el vino es un acompañante constante en la mesa. Desde muy tierna edad se introduce como una bebida con la comida a niños en muchos países del mundo. Así mismo, es vilificado y demonizado, literalmente, en otros. Forma parte de los ritos más sagrados de algunas religiones, y esta explícitamente prohibido en otras. E ahí otra de las grandes distinciones del vino. Origina, debido a las radicalmente diferentes opiniones sobre él, muchas discusiones y polémicas.
Así que, ¿De dónde viene?, ¿Cómo surgió?, ¿A dónde va? No se puede responder completamente ninguna de estas preguntas, pero podemos conversarlas y explorarlas. ¡Preferiblemente acompañados de una copa de vino!
DEFINICION DEL VINO
El Diccionario de la Real Academia Española define al vino como:
(Del lat. vinum).
1. m. Licor alcohólico que se hace del zumo de las uvas exprimido, y cocido naturalmente por la fermentación.
2. m. Zumo de otras plantas o frutos que se cuece y fermenta al modo del de las uvas.

El vino es una bebida alcohólica hecha a partir del jugo de las uvas.  Si permitimos que las uvas sean mezcladas con otros ingredientes, entonces podemos considerar que la primera elaboración de vino fue hace aproximadamente 9000 años, nada más y nada menos que en China. De ese evento existen evidencias arqueológicas que sugieren la mezcla de uvas, arroz y miel, para obtener una bebida alcohólica para consumo humano. Más adelante, aproximadamente hace 7000 o 6000 se iniciaron labores rudimentarias de vinificación en Asia occidental.
Dado que la uva, como fruta, es un excelente alimento, la evidencia arqueológica de su presencia en asentamientos humanos de antaño no son indicativos de inmediato de su uso en la elaboración de vino. La presencia de semillas, palos, pieles de uva u otros rastros identificables solo indican que esa gente consumía la fruta, no necesariamente que la usaban para producir esa exquisita bebida.
Ahora bien, es cierto que cualquier ser humano en sus cabales comería uvas. Cultivar la uva y, más aun, crear y cuidar un viñedo, eso sí puede ser indicativo de que esa sociedad, pueblo o ciudad, usaban la uva para mas que comida sencilla. Por supuesto que encontrar materiales para la obtención del jugo de la uva y para su procesamiento nos dicen que esa gente, inteligentemente, producían vino.
Detectar la presencia de un viñedo ancestral no es fácil. Sin embargo algunas pistas se presentan para dejarnos saber que esas plantas, o restos de ellas, eran plantas domesticas. Y, más aun, de un viñedo para vino. Las flores de las vides domesticadas tienen como característica que son hermafroditas, por lo que el viticultor puede, cuidadosamente, seleccionar las uvas que produjeron el mejor vino, e ir sembrando cada vez solo aquellas vides que resultaron en buen vino, mejorando la calidad en cada nuevo viñedo. Al ser autopolinizantes, las flores permiten una selección muy exacta y esto caracteriza un viñedo para vino y no uno para producción frutal sencilla.
El descubrir restos de plantas fuera de su territorio natural también se considera evidencia de que se cultivaban. El ancestro salvaje de la uva europea (Vitis vinífera varieta sylvestris) es nativa de Eurasia occidental entre los mares Caspio y Mediterráneo, por lo que encontrarla fuera de esta región se considera evidencia de domesticación.

Esta imagen se consigue en:
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Ahora bien, conseguir una plantación de vides, por muy bien cuidadas que estén, no son evidencia de vino. Hay viñedos comerciales para la producción de la uva para consumo de la fruta. En China, por ejemplo, hay entre cuarenta y cincuenta variedades endógenas de vid. Se conocía bien como parte de la dieta, y seguramente, se usaba en la cocina. De hecho, hay referencias culinarias del uso de uvas en la dieta china, desde la Dinastía Zhou (1046 – 221 AC). Sin embargo, para decir que se producía vino, debemos conseguir o los implementos para su producción o, como ocurrió en Jiahu, China, envases que contenían vino. Jiahu es un lugar donde trozos de vasijas de barro tenían restos orgánicos que  se han ubicado, mediante el uso del carbono catorce, como de ser de entre el año 7000 y el 6000 antes de Cristo, el periodo Neolítico. Estos restos de material fueron identificados como una bebida fermentada de arroz, miel y fruta. Que esta fruta fuera uvas, es debatible. Sin embargo, la presencia de Acido Tartárico y Tartrato, resultados típicos de cuando se daña un vino moderno, permitió ver que entre las posibles frutas usadas estaba la uva. Dado que, entre otras, semillas de uva se encontraron en Jiahu, podemos inferir que las usaron en estos menesteres.
Esta imagen se consigue en:
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Ánforas de nueve litros aproximadamente fueron encontradas en una localidad llamada Hajji Firuz en Irán, en las cuales un sedimento orgánico permitió estimar que eran de entre los años 5400 y 5000 AC. Este sedimento orgánico también resulto ser una mezcla de Tartrato y, en este caso, Taninos. Esta mezcla es querida y conocida por todos los amantes del vino, en particular el tinto, y nos indica que, en el área del Mediterráneo, en esos parajes de arenas y oasis, disfrutaban del vino en el periodo Neolítico. Es decir, hace unos 7000 años, ya se elaboraba y envasaba vino para el consumo humano.
En donde hoy están Irán, Irak y Turquía, hace entre 5 y 6 mil años, se cultivaban uvas para la producción de vino y se comercializaba activamente con ese potaje. De hecho, a Egipto llegaron jarras de vino de importación aproximadamente en el 3150 AC, las cuales fueron enterradas con el Rey Escorpión, sin duda para aplacar los calores, vicisitudes, dudas y angustias del viaje al otro mundo, momificado o no…
En Europa la variedad nativa es la Vitis Vinifera, que en su mismo nombre ya nos dice de donde viene y a donde va. Evidencia de esta variedad de uva ha sido encontrada en diversas áreas indicativas de su cultivo en la antigüedad. En Grecia, en Frachthi, se identificaron semillas de V. Vinifera de hace 12000 años, en Francia, en Balma de J’Abeurador de hace 10000 años y en muchos otros sitios.
Aparte de la evidencia arqueológica, hay también evidencia anecdótica y escrita. Una de las más pintorescas, nos la presenta la manera en la que los colonos Griegos llamaban a la Italia Meridional, ENOTRIA, es decir “tierra de las vides”, pues consiguieron muchas de ellas. Pero es de hacer notar que ENOTRIA, no viene del término “vid”, sino del término griego “oinos”, es decir vino. Ya sabemos en que estaban pensando los amigos griegos cuando vieron todas esas vides, y no era precisamente en comer uvas.
Asi pues, hasta donde sabemos por ahora, estos son los lugares donde primero se elaboró el vino. Mas adelante, en otra entrada, trataremos el tema de como el vino paso de jugo de fruta a la bebida que hoy conocemos. Hasta entonces...
!Salud!

domingo, 21 de noviembre de 2010

BIENVENIDOS A APORTE SIBARITA

¡HOLA A TODOS!
Aporte Sibarita es un blog, principalmente, sobre vinos.
Lo que me motiva a escribirlo y compartirlo con ustedes es que el vino es, para mí, una pasión.
Desde hace mucho tiempo he disfrutado del vino. Al principio, como todos, con muy poco conocimiento, más adelante, ya con más información, y hoy en día, cuento con años de experiencia, asistencia a numerosas charlas y cursos, y muchas muchas catas de vino.
Mi inicio en el mundo del vino fue de la mano de mi mejor amigo de bachilleratos, Ali De Lima. Corría el año 1.973 y estábamos en esa difícil etapa de la adolescencia. En Venezuela, en esa época, los muchachos empezaban por tomar cerveza y ron, básicamente, porque es lo que un muchacho puede pagar. Nosotros, por diversas razones, éramos bastante rebeldes. Una de las manifestaciones de esa rebeldía, fue el consumir vino en lugar de lo que todos tomaban. Estemos claros que no era ni Châteauneuf-du-Pape, ni Beaujolais Nouveau. Nada de eso. Empezamos tomando vinos portugueses, específicamente Lancers de Jose Maria da Fonseca Vinos C.A. y Mateus. El Lancers, que viene en blanco y rosado, es un vino ligeramente espumante, afrutado y dulce. Amable, como se le dice en la jerga del vino. El Mateus, aun bastante frutal y dulce, también en blanco y rosado, era nuestra otra alternativa.
A medida que nos acostumbrábamos a tomar vino, fuimos descubriendo los sutiles matices de estos nobles caldos. Empezamos, yo más que él, por aquello que a mí me gusta la lectura, a investigar en los libros, porque internet no era ni siquiera una buena idea en ese entonces, y preguntando a familiares sobre vinos. Mi madrina, que había ido a Europa, fue una invaluable fuente de información inicial. Me habló de la diferencia entre los blancos y los tintos, entre los vinos españoles y los italianos, que eran los que ella conocía, y, claro, las bondades y encantos de “la champaña”, pues en ese entonces, para nosotros, cualquier espumante era champaña.
Conocimos así, de manera muy empírica, los vinos de la rioja, los valpolicella, bardolinos y, naturalmente, nos encontramos algunos varietales, tales como Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec. Irónicamente, en esa época, era más fácil en Venezuela conseguir vinos europeos que del cono sur, argentinos o chilenos, y, ciertamente, mucho más económicos. Una de nuestras competencias era encontrar en supermercados, bodegas o licorerías, vinos considerados buenos o excelentes a precios que demostraban claramente que el comerciante no tenía ni idea qué estaba ofreciendo. Degustamos así muchos vinos muy buenos. Y, al mismo tiempo, empezamos a ser mucho más críticos no solo de los vinos, sino también de los críticos del vino. Algunos vinos que se suponían superiores no nos lo parecían, y algunos que no tenían ni nombre ni fama, nos gustaban mucho. Sí, es verdad, algo tenía que ver con nuestra falta de conocimiento y experiencia en vinos, pero también habían algunos que se habían echado a perder por haber sido mal almacenados y otros que sencillamente disfrutaban de un renombre que no estaba merecido.
Armado con una mente crítica, graduado de bachiller, fui a estudiar a California, Estados Unidos. Por una parte, fue difícil, pues la edad para consumir alcohol allá, legalmente, es 21 años, y yo ya tenía tiempo consumiendo alcohol responsablemente, así que cuando finalmente pude, de nuevo, consumir alcohol de manera legal, estaba listo y, hasta cierto punto, ansioso de conocer todos esos vinos que, literalmente, por años habían estado coqueteando conmigo sin yo poderlos probar.
En la Feria Estatal de California de 1.979 (California State Fair) asistí a mi primera cata seria de vino. En 1.976 se había producido el “Veredicto de Paris”, donde expertos franceses habían dado a vinos californianos premios como los mejores vinos en competencia ciega contra vinos franceses. ¡Claro que yo quería probar aquellos vinos! Pero tenía casi dos años sin probar ningún vino. Me tocó empezar desde cero, casi. Sin embargo, esa cata me permitió comprender muchas cosas que sabía, pero no entendía del vino y de cómo se degusta.
Para empezar, me sorprendió que ninguno de los expertos que lideraban la cata se aventurara a dar viñedo y año del vino que estaban probando a ciegas. Solamente la variedad. Y no siempre con seguridad absoluta. ¡Vaya sorpresa!, Yo esperaba declaraciones con voz alta y clara del tenor de “vino Cabernet Sauvignon, de Tal o Cual Viñedo, Recogido en 1.976, de vides del norte del viñedo”, pero no, así no fue. Me empezaba a dar cuenta que saber de vinos era complicado.
Mis estudios de bioquímica me calificaron de manera especial para entender el proceso delicado de la producción de vino. Luego, cuando hice postgrado en Farmacología, lo hice en una universidad que el destino colocó a pocas horas por carretera de los valles de Napa y Sonoma. Anualmente realizaba una peregrinación a esas zonas vinícolas por excelencia y visité casi todos los viñedos, probé muchos de sus vinos, muchas de sus cosechas y escuché y leí muchos de sus impresos y notas de cata.
Regresé a Venezuela a mediados de los ochenta y desde ese entonces mi biblioteca enológica y mi interés por los vinos ha seguido creciendo. Actualmente, entre mis amigos hay muchos que gustan del vino como su bebida predilecta.
También, por las circunstancias del momento, tenemos mucha influencia del sur del continente, de Argentina y de Chile. Los proveedores de cable tienen canales como Gourmet y Discovery Travel and Living que presentan programas dedicados al vino, al buen comer y a muchos de los placeres sibaritas. El Gourmet, es casi totalmente del sur del continente.
En mis lecturas tanto en libros impresos como en internet he conseguido muchas cosas. Algunas agradables, otras no tanto. Por ejemplo, hay una tendencia a hablar de “Esnob” del vino. “No sea un Esnob del vino”, “Conozca de vinos sin ser un esnob” y por ahí se van. Pues bien. Saber de vinos no es ser esnob. Conocer el léxico del vino, no tiene nada que ver con querer imitar otras clases sociales o grupos económicos. El vino es, de por sí, una bebida que trasciende clases sociales, si creemos en ellas o las consideramos importantes, y es consumido, a nivel mundial, por todo el mundo. Grandes y chicos, hombres y mujeres, disfrutan del vino. Que glorioso que podamos tener algo tan agradable en común.
Mi intención es que este blog sea una fuente de información y de entretenimiento para todos los interesados en temas sibaritas, en particular del vino, y espero que me ayuden con sus comentarios y aportes, a hacer de este un buen sitio para aquel que está interesado en el vino, aquel que desea iniciarse en ese mundo y a aquel con experiencia que busca un sitio donde compartir con gente que tiene su mismo interés.
¡Bienvenidos! Hagan de este blog su casa y ¡Salud! Disfrutemos del vino.