martes, 4 de enero de 2011

VINO JOVEN CON TAPA DE ROSCA

VIÑA HUGO CASANOVA
CABERNET SAUVIGNON 2.009
Este viñedo, para ser franco no lo concia y no se me había presentado en mis investigaciones. Más interesante aún, se autodefine, desde el año 2.000, como un viñedo “boutique”, que es el primero que me encuentro con esa descripción. De acuerdo al paquete informativo del viñedo, llegan a Chile desde Italia a fines del siglo XIX los primeros miembros de la familia Casanova. Una vez en Chile, iniciaron la producción de vinos, siguiendo las tradiciones italianas que les eran propias. Posteriormente, nuevas generaciones adquirieron nuevas propiedades e introdujeron cepas francesas. Actualmente, tienen una producción respetable y representación internacional.
Lo que me motiva a escribir esta reseña es que, por casualidad más que por diseño, ayer en compañía de un gran amigo, Don Juan Ascanio, nos tomamos una botella del Cabernet Sauvignon 2.009. He aquí nuestras impresiones.
Lo que primero tengo que dejar claro es que pedimos la carta de vinos y nos indicaron que solo tenían unas pocas botellas de vino, por lo que más bien el mesonero nos ofreció traer las botellas para que escogiéramos. Para nuestra sorpresa, la elección era muy sencilla, pues tenían un solo vino. El que es el tema de esta reseña.
Bien, la botella bordelesa, muy oscura, de color verde, era poco prometedora. La etiqueta era funcional. Poco informativa o imaginativa. Solamente adecuada. Lo que a ambos nos llamo la atención era que el cierre de la botella era de tapa de rosca. Dado que recientemente había escrito sobre el tema me interesó.
Abrió sin dificultad. Y, evidentemente, no hubo evaluación del tapón al ser este una tapa de rosca.
En copa quieta, color propio de la variedad cuando muy joven. No había una superficie blanca para poderlo apreciar adecuadamente, pero si se distinguían los tonos violetas. No se observaron capas marcadas. El color era limpio y brillante.
Los aromas y el gusto fueron muy francos. Claramente, muy bien conservado el espíritu joven y el frescor del vino. Mucha fruta tanto en aromas como en sabor. De un ataque modesto, no muy agresivo. En boca, ligero y con poco cuerpo, propio de un vino joven.  Un final adecuado, pero sin ser memorable.
Lo disfrutamos sin que fuese trascendental. Perfectamente adecuado para sangrías o para refrescar una tarde de calor. Muy frutal, bien conservados los tonos y aromas de la juventud, un ejemplo de lo que se puede lograr con las tapas de rosca.
Interesante, sin ser memorable.
¡Salud!

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