domingo, 9 de enero de 2011

EMPAQUE DEL VINO

LA BOTELLA DE VINO
¿Qué puede ser interesante o relevante de una botella de vino? Sorprendentemente, muchas cosas.
Empecemos porque el vino no siempre se distribuyó en botellas. En la antigüedad hubo numerosos envases que se usaron para este fin, desde ánforas y recipientes de barro, pasando por recipientes hechos con tejido animal, hasta una época en que el vino se expendía desde el barril y el cliente llevaba su propio recipiente.
Hoy en día es aceptado que el vino viene en botella de vidrio. Más aún, lo común es que sea una botella de 750 ml. De hecho, este volumen es lo que normalmente se conoce como “una botella”.
En otra entrada vimos que los cierres de las botellas están siendo revisados y en plena evolución. Así mismo ocurre con las botellas. Hoy en día, existen numerosos tamaños de botellas en el mercado. Al ir a una licorería o a un expendio de vinos, lo más común es ver sólo botellas de vidrio de 750 ml. Son el material y tamaño más popular y, prácticamente, el que todos estamos acostumbrados a comprar. Sin embargo, existe, y es común, el tamaño de media botella, es decir 375 ml. Estos dos tamaños realmente, son los mas prácticos. Su manejo es sencillo y no son terriblemente pesadas. Además, el volumen de 750 ml es adecuado para el consumo de una pareja de personas o para el consumo en una mesa de cuatro a seis personas con uno de los platos en una comida.
Ahora bien, hay un sin número de otros tamaños. Casi todos con nombres de reyes antiguos, más que todo, de la Biblia. Capacidades de 187ml (Benjamín), 1.5 L (Magnum), 3L (Doble Magnum o, si es champaña o cava, se puede llamar también Jeroboam), 4.5L (Jeroboam o Rehoboam), 5L (Box), 6L (Imperial), 9L (Salmanazar), 12L (Baltazar), 15L (Nebucadnezzer), 18L (solo para champaña o cava: Melchor o Salomon), 25L (solo para champaña o cava: Soberana), 27L (solo para champaña o cava: Primat), 30L (solo para champaña o cava: Melchizedek).
En mi experiencia, una botella de más de tres litros es difícil de manejar. Es pesada y muy poco práctica. Y si la botella es de más de 9 litros, sencillamente, es imprudente manejarla, ya que es un accidente en proceso de ocurrir.
Como decoración, son muy atractivas y relativamente populares. Pero para beber vino, no son terriblemente prácticas ni para grupos grandes ni para expendios comerciales.
Dicho esto, y teniendo en cuenta que el consumo común es en botellas de 750 ml, veremos las variedades y características de estas. Dependiendo del origen del vino, distintas regiones diseñaron botellas típicas de su área y tipo de vino.  
Así tenemos la botella bordelesa, de lados rectos y hombros altos. Normalmente con un hundimiento pronunciado en el fondo de la botella. Comúnmente usada para tintos, es casi siempre de colores muy oscuros, verde o marrón, para proteger el color del vino de la luz. Vinos blancos también se envasan en este estilo de botella. Muchas veces en botellas totalmente transparentes para disfrutar del color del vino. Típicamente los vinos de Bordeaux, los Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Malbec, Tempranillo y Garnacha, entre otros, son envasados en este tipo de botella, así mismo hemos visto Gewurztraminer y otros blancos. Muy similar a ésta es la jerezana o de oporto, que es estructuralmente muy similar, pero tiene, en el área de los hombros, un “sobre ancho”, teóricamente para evitar que depósitos sean servidos en la copa.
Variante de la botella bordelesa
Típica botella bordelesa de vino blanco

Botella jerezana - se puede observar el
sobre ancho en los hombros

La borgoñesa, que tiene hombros muy suaves y largos. Con un hundimiento más leve que la anterior, pero aun así presente en la botella. De nuevo, su uso común es con los tintos, y de nuevo en colores oscuros, verde o marrón. Por supuesto, los vinos del área de borgoña y, particularmente, el Pinot Noir, se envasan en este tipo de botella, Así como los Sauvignon Blanc y los Chadonnay.
Típica botella borgoñesa
La Rhine, Moscel o Alsace es muy similar a la borgoñesa, con los mismos hombros caídos, pero normalmente más delgada, más alta y con un hundimiento muy leve. Las de Alsace, típicamente son marrones o ámbar, otro ejemplo y uno de los más conocidos, es la botella azul del popular Liebfraumilch alemán.
Otra botella de hombros caídos, pero que típicamente tiene un hundimiento muy pronunciado en su base y es de vidrio muy grueso es la de champaña o cava. Adicional a esto, mientras que las otras a las que hemos hecho referencia, normalmente, tienen un gollete pequeño y sin mayores consecuencias, el de la botella de champaña es regularmente muy pronunciado, pues es el punto de apoyo de la jaulilla de metal que mantiene el corcho en forma de hongo fijo a la botella. Usualmente es de color verde oscuro, llegando inclusive a ser totalmente opacas como en el caso de la Freixenet Siglo XXI, pero, como en toda regla, existen excepciones, tal como la botella de Crystal, que es transparente.

Típicas botellas de espumante. Una verde y una opaca.

La Bocksbeutel es una botella originaria de Alemania, pero que también es usada para algunos vinos portugueses. Son botella “planas”, es decir, no son cilíndricas, sino que tienen una forma ovalada y, regularmente son de color verde o marrón oscuro. Uno de los vinos que viene en esta botella es el Mateus.
Hay muchos otros estilos de botellas. Incluyendo el Fiasco italiano, una botella con forma de lágrima, típicamente italiana y que se envuelve en paja, típica de los chianti.
El otro componente de la botella que es interesante resaltar es la etiqueta. Regularmente, toda botella tiene dos etiquetas. Una frontal y una posterior. La frontal, normalmente, describe el contenido en términos de volumen y grado alcohólico, datos legales, datos del viñedo, la variedad, la marca y una breve descripción. Muchas son estrictamente utilitarias y son económicas. A decir verdad, muchas veces se ven baratas. Etiquetas sin ningún arte. Blancas o beige con una impresión sin ninguna inspiración. Otras son verdaderas obras de arte. Algunos viñedos inclusive diseñan una etiqueta para cada año, como ocurre con el Beaujolais Nouveau. The Heavy Weight y The Contender, del Valle de Napa, por ejemplo, son muy elaboradas y su referencia al vino es muy diferente. Sin embargo son absolutamente memorables y se distinguen sin esfuerzo en el mar de botellas ofertadas hoy en día en cualquier licorería. La etiqueta posterior normalmente es la que tiene toda la información adicional, tipo de uvas usadas, porcentajes, en caso de no ser un varietal 100%, descripciones comerciales y promocionales y cualquier otra cosa que se le ocurra al vinicultor. Dado que no hay una regla exacta de cómo debe ser una etiqueta, la variedad que se presenta en las mismas es fascinante. Puede haber otras etiquetas y/o estampillas en la botella. Depende del diseño.
Existen otros materiales y estilos para envasar vino. Desde los años 70 he conocido el “vino en caja”, es decir, lo que hoy en día es envases Tetrapak. También lo he visto envasado en botellas de metal y de plástico. El vino que se expendía en Tetrapak, en esa época, era abismalmente malo. La observación que valdría la pena hacer aquí es que el vino que se envasaba en Tetrapak era abismalmente malo, no tenía nada que ver con el envase. En plástico, aparte de ser muy poco atractivo aunque eminentemente práctico, el vino no ha tenido una muy buena historia. El principal motivo es que la mayoría de los plásticos no son impermeables al oxigeno, por lo que los vinos no tienden a tener una buena evolución en este tipo de envase. Al igual que otras alternativas actúales de empaque que se están estudiando y, poco a poco, poniendo en práctica, sólo el tiempo dirá si son viables o no.
Así que, en botellas de vidrio o de materiales alternativos, ahí estaremos revisando cómo evolucionan los vinos modernos y formándonos una opinión al respecto.
¡Salud!

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