jueves, 30 de diciembre de 2010

CERRADO DE LA BOTELLA DE VINO

CIERRES ALETRNATIVOS DE LA BOTELLA DE VINO
El vino es una expresión artística. Como un poema, una pieza musical o un cuadro de arte clásico. El poema, varía con quien lo declama o cuando se lee, si hay luz o no, si lo acompañamos con música, e inclusive en qué idioma se redactó y en qué idioma lo estamos leyendo. La pieza musical varía, si es un cantante “a capela”, si es un solista, si es un conjunto, si es una orquesta, donde y cuando se toca y en cada representación en vivo. El cuadro, de la luz, del ambiente, y, en fin, de muchas variables.
Como tal, suscita una serie de polémicas. Hay los clásicos, que mantienen que una botella de vino tiene que estar cerrada con un corcho. Otros, están dispuestos a ver alternativas.
El corcho le imparte algunas características al vino. No en términos de sabor, pero ciertamente en términos de las consecuencias del tiempo de guarda. Los corchos para botellas de vino son de un diámetro estándar, mayor al diámetro de la boca de la botella, lo que la sella. Sin embargo, debido a su porosidad y el hecho que es un trozo de madera, por muy bien procesado que esté, no es un sello perfecto, por lo que el proceso de oxidación continua, más o menos rápido, y hay variaciones entre un corcho y otro, redundando en variaciones entre una botella y otra, aun del mismo vino, envasado el mismo día, en el mismo viñedo.
El primer cierre alternativo que podemos tratar, también porque es lo suficientemente popular como para hacerlo común, es el de tapa de rosca. Este dispositivo es usado ampliamente en Nueva Zelanda, Australia y también en el sur del continente americano. En Chile, por ejemplo, en el Gewurztraminer de Santa Digna.
La tapa de rosca está elaborada de aluminio, con un sello interno de plástico que es la barrera efectiva contra el acceso del oxigeno al vino. Una observación adicional a este sistema, es que elimina la necesidad de la capsula, que en ocasiones alberga características desagradables y poco estéticas, aunque no dañen el vino. Es un hecho que es más efectivo como barrera al acceso de oxigeno al vino que el corcho, eso no es una opinión. Hay referencias contundentes a favor de este sistema, como la entrevista en 2007 que Wine Spectator le hizo a Michelle Laroche, Director de Domaine Laroche, donde éste presentó para comparar el Chablis Grand Cru 2002, con 5 años de guarda, con ambos sistemas de cierre. Refirió que el cierre con tapa de rosca era más “enfocado”, mas “preciso” y que mantenía mejor la fruta, tanto en aroma y bouquet como en gusto, así como los tonos minerales, que el corcho. Refiere que, sin lugar a duda, estandariza el resultado del vino, es decir minimiza, por no decir que elimina, las diferencias entre una botella y otra. Nada de esto ocurre con el corcho. Insistió que sus mejores vinos, los envasaba con tapa de rosca, pues era un cierre más efectivo. Es una opinión con merito y, además, muy bien aceptada en particular en países que no tienen acceso fácil o económico a corchos de calidad. Sin embargo, hay referencias que indican que más de 10 años de guarda en este tipo de tapa resulta en el deterioro del plástico, con catastróficas consecuencias para el vino, debido a la introducción de olores desagradables y oxidación del mismo.
En mi experiencia, he visto este tipo de cierre en envases de vinos blancos, pero muy pocos en vinos tintos.
¿Ventajas? Las botellas se pueden guardar “paradas” y no acostadas, sin sufrir. No hace falta sacacorchos para abrir la botella. Permite cerrar la botella si no se consume completa con facilidad, aunque una botella medio vacía no dura mucho en buen estado, se tape como se tape.
La estandarización y minimización de la variación entre botella y botella debido al corcho se puede considerar una ventaja o una desventaja. La variación puede ser parte del encanto de un producto tan dinámico como el vino. O podemos decir que es terrible no tener exactamente el mismo vino de botella a botella. Es cuestión de opinión.
Otro cierre alternativo usado comúnmente, tanto en Australia, Sur África y el sur del continente son los tapones sintéticos. Ejemplos de esto son algunos de los vinos de Valdivieso, de Chile. Estos tapones son elaborados de material plástico, emulando al corcho en forma y función. Sin embargo, algunos, debido a su material de elaboración, confieren al vino sabores “químicos” desagradables. Más aun, dependiendo de su fabricación, pueden permitir el acceso del oxigeno al vino en un período de tiempo relativamente corto. Nuevas tecnologías que permiten emular al corcho natural, incluso en la presencia de micro celdas en la matriz del material, han resultado en tapones muy efectivos. Dada su naturaleza, se lubrican para facilitar su inserción y, sobre todo, para facilitar su extracción, para la cual se requiere un buen sacacorchos, y puede ser difícil si la botella esta fría.
¿Ventajas? Pues que puedes mantener la botella vertical, ya que no necesitas mantener el contacto entre el vino y el tapón para mantenerlo hidratado, y que es un cierre efectivo. Y prácticamente se acaban. Es comparable con el corcho, y ya.
En mi experiencia personal, un Malbec Valdivieso con este tipo de cierre presentó una variación muy marcada entre una botella y otra, que se lo atribuyo a defectos de cerrado. Además, para mí, estos tapones son difíciles de extraer.
Hay cierres de botella que no he tenido oportunidad de conocer en vivo, pero que he encontrado en referencias y materiales promocionales. El “Vino-Seal” (versión americana) o “Vino-Lok” (versión alemana), de ALCOA, es un tapón de vidrio en forma de “T”, donde la porción que entra en la botella está recubierta de un material plástico que resulta en un cierre hermético. ALCOA lo promociona como una alternativa muy estética que permite al vino añejarse más lentamente, aumentando el potencial para guarda, almacenar las botellas paradas y que elimina el riesgo de contaminación debido al contacto con el corcho. No conseguí argumentos a favor o en contra, solo el material promocional del fabricante y de los viñedos que lo usan.
Las chapas o tapas de corona han sido usadas exitosamente para el proceso de fermentación y segunda fermentación de los vinos espumantes. Usualmente, antes de ser enviadas para ser distribuidas comercialmente, se sustituye esta tapa por el corcho con forma de hongo tradicional.  Algunos productores de vinos espumantes han ensayado dejando que el público reciba botellas con este tipo de sello. Yo no he visto ninguna, pero para mí, parte del encanto de un espumante es sacar ese corcho… cuestión de opinión.
ZORK
imagen de Wikipedia
Luego está el Zork (http://www.zork.com.au), un invento australiano que se ve muy bien, en teoría y en papel. Un tapón tipo “T”, pero con una tira enrollada en la botella para garantizar el cerrado original, como la de los botellones de agua potable, por ejemplo. El tapón es dinámico en el sentido que se retira con la mano, aparentemente de manera bastante fácil, y si no se usa la botella completa, se presiona un botón en el tapón que permite un resellado con una pequeña extracción de aire, haciéndolo “mejor” para guardarlo, pues se reduce la cantidad de aire en la botella. Y… sí, pero si está por la mitad o menos, igual beberla rápido o se daña.
Por estas razones inicié la entrada con los comentarios artísticos. Porque, como podemos apreciar, hay alternativas, tal como hay alternativas en música. Oír música en long plays de “pasta” porque el sonido es mejor, versus oírla en CD porque el sonido digital es “más exacto” o “más nítido” u oír solo MP3’s porque son más fáciles de manipular, o preferir sólo música en vivo, o sólo orquestal, o sólo cantada, todos son gustos personales y todos son validos. ¿Es mejor el corcho natural? No sé, depende en mejor para qué. Si es para que se conserve y sea más estándar y consistente el producto y se va a guardar 5 a 7 años, tal vez tapa de rosca sea mejor. Si lo que queremos es algo que nos sorprenda cada vez que lo abrimos o si lo que queremos es tener el orgullo de una botella óptimamente guardada por mucho tiempo, el corcho natural, definitivamente. Hay alternativas en el mercado y, lejos de reducirse con el tiempo, vemos que aumentan constantemente.
Así que tendremos que seguir probando vinos con distintos cierres, disfrutándolos y emitiendo nuestra opinión.
¡Salud!

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